lunes, 23 de abril de 2012

Testimonio


Es tiempo de escribir.

Y lo era desde hace pocas semanas, pero retrasaba esto por flojera. Hoy me decido a apagar la música y la tv para escribir esto por dos razones, la primera es que es algo que me encantaría gritarlo al mundo, y que me escuche. La segunda es porque hoy es víspera del cumpleaños de mi mamá, y en vista de que le gusta cuando escribo, pues aprovecho para dedicárselo y sea la primera cosa que lea. 
[Resultó ser bastante larga esta entrada, pero creo que vale la pena]

Así pues, ma, esta entrada es para ti, ojalá te guste mucho.

MEGAS 2012

Pues nada, hace poco mas de 15 días regresé de las que fueron mi décimas misiones, y las cuartas en las que fui como responsable, mas sin embargo, las primeras en las que estaba realmente a cargo de todo un pueblo, las veces anteriores siempre había tenido algún superior en el mismo pueblo, esta vez era diferente.

Era diferente en principalmente en un aspecto, era la primera vez que lideraba un equipo de Juventud Misionera. Y eso, desde mi punto de vista, es una responsabilidad grandísima no solo para conmigo ni con el P. Edward ni con el pueblo para el que fuimos elegidos. Era una responsabilidad grandísima para con mi equipo y con Él.

Y es que yo sabía desde un principio que tenía un gran equipo, formado 10 días antes de misiones y sin conocernos mucho, pero yo veía un gran potencial, puros chavos valiosísimos; y pues yo tenía que estar a la altura. Porque, según yo, depende mucho del responsable el cómo vivirán su misión cada miembro del equipo, y quería que fueran tan especiales para ellos como lo han sido siempre para mí, que fuera un lugar para encontrarse a sí mismos y encontrar su camino.

Ya que saben el contexto en el que iba, pues pueden imaginarse el peso que sentía sobre mis hombros, peso el cual fue compartido con mi corresponsable (literal el mejor corresponsable que pude haber elegido).

Pues bien, salimos de Club Faro un tanto en silencio, la mayoría pensativos y callados, no nos conocíamos. De ahí a la misa en la Villa y de ahí a Ixtapan de Oro, ahí tuvimos una pequeña plática y nos mandaron enseguida a nuestro pueblo: Macheros, es una comunidad de unos 200 habitantes, que colinda con el estado de Michoacán, era el pueblo mas alejado, el que estaba en lo alto del valle, el mas frío. Menos mal que nos tocó dormir en cabañas, con camas y regaderas con agua caliente. ¡Que fresa! Me han dicho, pues sí, gracias a Dios nos tocó dormir muy cómodos, lo cual es algo raro.

En fin, de domingo a martes son días “normales” de visiteo, pláticas, juegos con los niños, rosario o misa… Siempre en las noches, antes de empezar el momento de relajación y chistes y bromas, hacíamos la conocida mesa redonda, ahí discutíamos el día, persona por persona, las experiencias vividas, el cómo mejorar para el día siguiente y alguna u otra sugerencia a algún compañero. Eso creo fue algo de mucha ayuda, ya que éramos casi desconocidos, peor a través de esas pláticas empezabas a ver a todos tal cual son, sin máscaras, sin esconderse baja la ropa que traían puesta ni el coche que manejan, nos mostrábamos tal cual somos.

Como bien es sabido, los días mas fuertes de misiones son jueves y viernes, y yo procuré, a lo largo de las meditaciones que mis misioneros fueran entrando a la mística que significa misiones, para que cuando llegaran los días intensos espiritualmente estuvieran en perfecta sintonía con El. Hacía mucho hincapié en el jueves, cuando velamos toda la noche al Santísimo, abrieran su corazón y realmente escucharan lo que Él les quisiera decir. Cosa a la cual Rafa le preguntó a Ray “¿Y tú has hablado con Él?” a lo que respondió “Si, yo hablo con Dios todos lo días”. Cosa que se mi hizo muy normal en ese momento.

Tantas experiencias dentro del visiteo, tantas familias que te abren las puertas de su casa para realmente escuchar lo que tienes que decirles, personas que abren su corazón y lo comparten todo, ¡personas que siguen el llamado que les hagas a las pláticas, al rosario o a misa sin pensarlo dos veces!. Cuántas veces mi mamá, que organizaba el via crucis en la Iglesia me decía “Juan, es viernes, ¿me acompañas a rezar el via crucis?” A lo que yo respondía vagamente que era viernes y me iría con mis amigos… ¡Y era mi madre quien me pedía fuera con ella! No saben la impresión que me ocasiona, el cómo 7 jóvenes fueron capaces de mover un pueblo entero, pero claro, eran personas que estaban escuchando, realmente escuchando, estaban a la espera de que alguien les dijera “ven”. Y respondieron al llamado de un grupo de desconocidos de 15 a 22 –Personas a quienes de 15 a 22 an jra " entero, pero claro, eran personas que estaban escuchando, realmente escuchando, estaban años mientras que yo no lo pude hacer hacia mi propia mamá.

Llega el jueves, lleno de alegrías, tristeza, cansancio… Llega el jueves y es tiempo de recargar las pilas, porque la noche será larga y no quiero caer dormido como los demás, quiero velarlo toda la noche, quiero que sepa que ahí estoy para Él. Decidimos construirle un monumento, el cual diseñó Jorge, decidió recrear el huerto de Getsemaní, y al centro un altar misionero. Así que fuimos a cortar ramas y llevarlas al lugar donde lo construiríamos (un auditorio), en el camino encontré un tronco lo suficientemente grande como para construir una cruz, así que regresamos por el, solo Man (mi corresponsable) y yo, era un tronco encino de aproximadamente 4.5 metros,  y estaba a aproximadamente un kilómetro de la iglesia, metido en el bosque. Pues vamos por el… y ahí fue una de las primeras señales de que estaba haciendo bien mi trabajo, estábamos a medio camino, cargando el tronco pesadísimo entre los dos, y yo iba pensando en lo bonita que nos quedaría la cruz, a lo que dije “Man, esta pesada pero, vale la pena, ¿no?”, a lo que el me contestó “Por Él, si lo vale”. Y claro que lo vale, por el se debe de dar todo y mucho mas.

Es jueves, son las tres de la tarde y comienza la misa, al término de ésta de hace la procesión para dejar al Santísimo en el monumento que le construimos.  Luego tuvimos un bonito convivio con las personas del pueblo, pero al momento en que comenzaba yo solo sentía Su llamado desde el auditorio “Ven”. Pues fui, entré y sentí su presencia como nunca antes la había sentido, ahí, hincado a medio pasillo sentí que podría quedarme toda mi vida, pero mis obligaciones llamaban, y ya tendría tiempo en la noche para hablar con él.

Llega la noche del Jueves Santo, y llegué yo a ella lleno de nerviosismo, de incertidumbre, de emoción, solo pensando en ¿Qué me va a decir hoy? ¿Qué me va a pedir hoy? ¿Voy a estar dispuesto a darlo?. Ya en los rosarios que habíamos hecho en las tardes había pedido (en las peticiones) que fuéramos capaces de escuchar y hacer lo que Dios quiere de nosotros, palabras que recordaba a cada momento, palabras que, si bien son ciertas, despiertan cierto miedo en mí.

Llevo a mis misioneros al bosque, para una meditación antes de que velemos, Man da su testimonio, yo doy el mío y les intento compartir una vez mas ese amor y esa emoción tan fuertes que siento por esa noche,. Espero que realmente lo escuchen.

Los primeros en velar fueron Man y Rich, luego llegó mi turo y el de Rafa, llegamos con al auditorio y nos encontramos con sólo 4 personas, entre ellas la encargada de la iglesia del pueblo (Doña Ramona), tomamos los lugares de Rich y Man y nos disponemos a meditar y reflexionar, para escucharlo… Cosa que fue imposible durante la primera hora, cosa que me molestó bastante, ya que, si bien muy devotamente cantaban y rezaban en voz alta no me dejaban concentrarme. Por fin guardan silencio, llevan 15 minutos callados y yo, en mi cabeza, no voy a ninguna parte, mis pensamientos van en círculos y tengo tanto en mi cabeza que no puedo pensar concretamente en nada. Frustrado abandono toda esperanza, ya tendré en mi segundo turno de velar otra oportunidad; así que tomo mi cancionero y encuentro una cierta canción que toda la semana me había llamado la atención. -“Rafa, ¿la cantas conmigo?”, -“No hay guitarra”, -“Ya lo sé, pero cántala conmigo”, -“Mejor no.”. Pero yo no me iba a quedar con la ganas, asi que tomé aire… y no me atreví, fue hasta el tercer intento cuando salió mi voz, y fue en la segunda línea de la canción cuando se cortó irremediablemente, ahogada por un nudo en mi garganta, con todo el esfuerzo que fui capaz de dar la termino de cantar; y entonces viene el llanto, recuerdo que solo hundí mi cara en mi paliacate verde. Y es que ¡me llegó el significado de la canción!,, la cual dice “Mas allá de mis miedos mas allá, de mi inseguridad quiero darte mi respuesta. Aquí estoy para hacer tu voluntad, para que mi amor sea decirte sí hasta el final” y mas importante que eso, en cuanto entendí el significado Él me habló, y me habló fuerte y claro.

Básicamente me dijo que estaba ciego, la respuesta a mis problemas ya la conocía yo y la había tenido frente a mí todo el tiempo, la había dicho a mis misioneros, la había dicho a las familias, hasta la había dicho en mis pláticas, me dijo “Deja de buscar la respuesta en lugares equivocados, la respuesta está frente a ti, soy Yo”.

¿Qué puedes hacer cuando te dice eso? Llorar, llorar y llorar un poco mas y tratar de entregar mi vida a Él, hacer un cambio radical en mi vida empezando por ponerlo a Él como centro mi universo, y dejarme de estupideces, soberbia y mi eterno orgullo. Dios en ese momento me pidió que pusiera todo en sus manos, (“Pongo mi pequeña vida hoy en tus manos, por sobre inseguridades y mis miedos, y para no hacer mi querer sino el tuyo hazme en Getsemaní fiel y despierto.” Esa es otra parte de la canción). Cosa que a partir de ese día e intentado.

Llega el siguiente grupo de misioneros, así que es tiempo de dormir un rato, que a las 6 me había tomado el último turno, junto con Man. Llegadas las 8 de la mañana tuve el grandísimo honor de trasladar al santísimo del monumento a la iglesia.

Empieza el viernes santo, todos estamos cansados, desvelados, agotados físicamente, pero tenemos que seguir adelante. Para todo esto, ya habíamos hecho la cruz, que terminó midiendo 4.25 metros de alto, y una vez que la contruimos, nos encargamos que nunca tocara el piso, salvo la parte de abajo.

Empieza el Via Crucis, organizado por el pueblo, pero no nos podíamos quedar atrás, les pedí a mis misioneros que acompañáramos el Via Crucis cargando la cruz que habíamos hecho, y la cargaríamos por parejas para que no fuera fácil, Cristo cargó la cruz hace casi 2000 años, ayudémoslo con esta que hicimos nosotros, que no toque el piso de ninguna manera de aquí al término del Via Crucis.

Así pues empezamos a bajar, y bajar… y bajar mas hasta la entrada del pueblo, donde, al pié de un monte fue la crucifixión, y al término de la Doña Ramona me pidió hiciera una reflexión, -“Si, claro, ¿a qué hora quiere que la haga?” –“En 5 minutos”. Pues bueno… me paré frente a la multitud, y eran aproximadamente 120 personas, y me llamó mucho la atención la forma en la que respondieron a mis palabras, por lo que yo podía ver desde ahí arriba veía caras de personas que realmente me estaban escuchando, que se sentían identificadas con lo que decía… ¿Quién soy yo para decirles cualquier cosa? Mas sin embargo escuchaban, por que no veían en mí a Juan Pablo, veían a un Misionero.

Termina la reflexión y ahí no termina el cargar nuestra cruz, no la quiero clavar el pié del monte, quiero clavarla en la cima, quiero que me cueste mas, quiero dar ese extra por Ti, que moriste por mi. Pues a buscar un sendero para subir, una vez que lo encontramos, pues a empezar a subir un monte muy empinado y lleno de hojas secas. Ahí fue donde me di cuenta que realmente mi equipo estaba en sintonía: Daniel iba cargando la parte delantera de la cruz por una parte particularmente difícil y se resbala, a lo cual reaccionó de una manera que nunca creí posible: En vez de soltar la cruz y amortiguar la caía, extendió los brazos para él, con su cuerpo, evitar que la cruz se cayera.

Encontramos un claro donde clavar la cruz, y ahí la dejamos, bajamos el monte y subimos una vez mas a la iglesia, donde nos esperaban para comenzar la Misa, en la cual estábamos muertos, cansadísimos, hasta que llega el momento en el que el padre me hace una seña, así que me acerco a el, y me dice que cuando me haga otra señal vaya por el santísimo y lo traiga a el. No pues… si, pero ¿cómo? ¿Cómo voy YO a cargarlo a EL? Pues bueno, me hace la señal y con todo el respeto del que fui capaz lo llevé hacia el altar improvisado que había en la iglesia, lo deposito ahí y me dice –“Gracias, ahora que se hagan dos filas, tu en una y yo en otra”. Ok….. ¿QUÉ? Y se hacen las dos filas y me encontré tomando las hostias consagradas con mi manos y dando la comunión…. Fue, definitivamente uno de los momentos mas intensos de mi vida, estaba temblando y solo podía pensar en dos cosas: “ojalá mi abuela estuviera viendo esto” y “Dios, hazme digo”.

Termina la misa, y el padre me pide que haga la procesión del silencio mas tarde, cosa que yo NO quería hacer, pero pues, ordenes son ordenes. Vamos a descansar un poco y 4.30 empiezo otra meditación, explicando lo que íbamos a hacer a continuación, íbamos a bajar hasta el monte y luego subirlo, para desclavar la cruz y regresarla hasta donde estábamos. Y no solo eso, quería que se hiciera en completo silencio, sin ser acompañados por el pueblo, sólo nosotros y en reflexión.

Así que bajamos el pueblo y subimos por ella, la bajamos el monte y entonces empezar a subir… Y en ese momento que iba yo cargando la parte delantera de la cruz sentí el cansancio de toda la semana, 7 días de levantarse temprano y no parar hasta las 9 de la noche, sentí la presión de todos los días, sentí el desvelo y el sol quemándome la cara, el peso de mis piernas… y el peso de la cruz.

En cuanto caí en cuenta de eso solo pude hacer una cosa, giré un poco mi cabeza para ver la cruz casi de frente besé la cruz y la abracé, me aferré a ella y le pedí que me diera la fuerza para seguir cargándola. Porque ya no era solamente un encino al que le dimos forma cruz. Era la cruz de Cristo, y en ese momento lo habíamos bajado a Él de la cruz y yo llevábamos al sepulcro.

Fue de esas experiencias que a todo el equipo nos movió mucho, y por fue la primera vez que no tuve que pedir que meditaran o estuvieran en silencio, todos los sentimos ahí, todos nos queríamos quedar con Él.

Nos dan las 7 y nos reunimos en la iglesia con el pueblo para comenzar la procesión del silencio. Inicialmente algún misionero iba a cargar la cruz y encabezar la procesión, pero de último momento decidí cargarla yo, para que fuera corta y termináramos en 10 minutos máximo. Dí unas palabras muy en automático y comenzamos.

Entonces pasó algo muy curioso, mientras caminaba cargando la cruz entendí realmente lo que estaba haciendo: Estaba acompañando a María en su dolor. Entonces entablé diálogo con Ella, yo solo le decía “Me imagino lo que estás pasando, sé lo que sientes pero quiero estar contigo. Quiero que en el momento en el que gires tu cabeza me veas a mí en primera fila, como siempre lo has estado tu para mí”.

En eso estaba pensando cuando era tiempo de dar la vuelta para terminar pronto la procesión, la cual no tomé, sino que la hice tres veces mas larga de lo que había pensado hacerla. Una vez de vuelta en  la iglesia decidí hacer una pequeña reflexión con todo lo que había pensado durante la reflexión, terminé eso y entonces sentí la necesidad de seguir hablando; yo soy mucho de dar mi testimonio, de hablar de cosas que conozco y me han pasado, en ese momento pensé en mi mamá y decidí platicarles de cuando tuvo cáncer, y cómo yo en esa etapa renegué mucho de Dios y de mi (estúpido) enojo hacia él y de cómo fue a través de María que rectifiqué el camino. Todo esto lo dije en un silencio absoluto, la iglesia llena y todas las personas escuchando atentamente, así que por mas que sentía un nudo en la garganta logré controlarlo. Una vez que terminamos les pedí que rezaran solo un misterio del rosario, del cual lo mas que pude decir de “Padre Nuestro” antes de salir a paso veloz de la iglesia e irme a esconder para desahogarme a gusto. Fue ahí donde me di cuenta de qué forma había estado ella, María, siempre conmigo. Y cómo mi mamá siempre había estado conmigo, y cómo siempre le había fallado cuando ella me necesitaba. Y ese sentimiento de ingratitud no te lo quitas hasta que lo entiendes.

Termina el Viernes Santo y empieza el sábado, día que aproveché para bajar a despedirme de la familia que mas me había llamado la atención, curiosamente la familia de apellidaba Camacho.

Es una familia que me llamó mucho la atención empezando por que fue de las pocas que en automático sentó a toda la familia y el señor (Alejandro Camacho) es una persona muy sencilla y, sobretodo,  muy dispuesta a escuchar y compartía mucho. Y así con platicó su historia familiar y yo un poco de la mía, estábamos compartiendo experiencias cuando el me dijo que yo la tenía muy fácil, porque me sabía las oraciones (el día que lo conocí me pidió que le enseñara a rezar el rosario, cosa que hice) y conocía la palabra de Dios. Algo que me dejó pensando un poco de tiempo pero finalmente encontré una buena respuesta para el; le dije que no era el saberse la oraciones, sino el saber rezar, que a Dios se le debe hablar con naturalidad, como Padre que es nuestro, y que en cuanto a conocer la palabra de Dios, pues no es tanto el saberla sino aplicarla, y con solo una cosa que supiéramos bastaría: Ámense los unos a los otros como yo los he amado, si todos viviéramos conforme a eso, le dije, seríamos felices.

A todo esto había estado pensando un lugar donde clavar la cruz, e íbamos a subir otro monte, pero de alguna forma me encariñé con ella, y decidí no dejarla en lo alto de un monte donde nadie la vería y estaría abandonada, así que decidimos regalarla, y los elegidos fueron los Camacho.

Llega el momento de salir del pueblo para ir al que estaba “junto” (al otro lado de un montesote) para ir a misa. Llegamos allá y pues, es la misa del Fuego Nuevo, larguísima y encima, como estaba llena la iglesia, ¡pues parado todo el tiempo! No sabría decirles bien de qué trató, pero en el momento preciso en que volteo a ver al padre, el me voltea a ver a mi y me hace un gesto: “ven”, apurado dejo mi morral y me acerco y me quedo parado al principio del pasillo, lo volteo a ver y entonces me hace dice con la mano “ven”, me acerco a el y me encarga que dé la comunión. No saben la emoción que se siente, el nerviosismo, el tener a Dios en tu manos… Y mas allá de eso, se acerca Alejandro Camacho a comulgar…

Terminan las misiones, regresamos al pueblo y lo encontramos reunido en la iglesia para despedirnos y echar porras, las cuales respondemos, y vamos a hacer maletas, vamos llegando y me llama Ray y me pide 5 minutos, lo cual se me hace muy raro ya que, en todas las misiones nunca me había pedido hablar con él, o con nadie mas bien; Ray es de esas personas que no sabes lo que están pensando, muy reservado. Además faltan 30 minutos para irnos, ¿qué será lo que quiere?.

Nos alejamos un poco del resto del grupo y empieza a hablar, y me dice que cuando terminamos de regresar la cruz el viernes por la tarde que el bajó al bosque a meditar, y que en medio de su meditación empezó a hacer una cruz para su novia, y cuando empezaba a hacerla escuchó dos palabras “Juan Pablo”, pero no, la cruz la estaba haciendo para su novia, y volvió a escuchar: “Juan Pablo”, no, la cruz no se la quiero dar a el, la estoy haciendo para otra persona, “No, es para Juan Pablo”.

Todo esto me o decía y yo no sé ni que cara puse, solo recordaba cuano le contestó a Rafa “Yo hablo con el todos los días” luego poco logro medio decirle –“¿Y entonces?”. Me sigue platicando y me dice que le pidió que aparte escribiera algo en la cruz, y entonces me la dá.

Lo primero que me llamó la atención fue que estaba escrito en inglés, y fue lo primero que le pregunté; a lo que me contestó que la palabra que usó tiene dos significados, como ya saben “trust” significa tanto creer como confiar, así pues la cruz dice “I TRUST YOU” o sea, yo creo y confío en ti.

Leo eso, y mi cerebro está en blanco, no se qué decir, así que el prosigue y me dice que Dios tiene mucha confianza en mi, a lo que replico que bueno, si, Dios confía en todos nosotros. Pero me dice que No, Dios tiene una confianza ridículamente grande en mí y que le pidió que me dijera algo mas y cito: -“No tengas miedo a dar el siguiente paso”. Dice esto, me dice que cuando quiera hablar con el vive en tal lado, se da la vuelta y se va.

¿Qué acaba de pasar? ¿Cuál es el siguiente paso? No, en serio ¿Qué acaba de pasar?

A lo largo de lo días que han pasado he pensado mucho es eso, ¿qué quiere Dios de mí? Y la respuesta creo que cada día la encuentro mas, Dios quiere que siga la misión, que con el testimonio que pueda dar, lleve personas hacia él.

Porque ese domingo terminaron las megas, pero empezaron las misiones. Llevar una vida de gracia y dar un verdadero testimonio en Macheros no es difícil, pero llevarlo en casa y de vuelta a tu vida real es otra cosa. Es una lucha eterna y que durará lo que dure mi vida, no será fácil, pero, como bien me dijo un buen amigo “Por Él, vale la pena”.

Mas allá de mis miedos mas allá, de mi inseguridad quiero darte mi respuesta. Aquí estoy para hacer tu voluntad, para que mi amor sea decirte sí hasta el final”
Getsemaní.

Juan Pablo Hher

lunes, 29 de agosto de 2011

En la Madrugada

Nada como tener a alguien a quien decirle “Eres lo mejor de mi vida”

Hay dos palabras que dichas en el momento correcto a la persona indicada pueden marcar el principio de una felicidad sin precedentes, sin embargo, dichas a la persona equivocada, o no correspondida, pueden marcar el inicio de una de las peores etapas de tu vida.

No por eso hay que cerrarse a la experiencia de decirlas, u oírlas, ya que es una experiencia única, y además exclusiva de nosotros, los humanos.

El ser capaz de decir esas palabras, mas bien, no decirlas, sino sentirlas y poder expresarlas de una u otra manera, es la bendición mas grande en la que puedo pensar, habrá quien difiera de mi pensamiento, y es válido, pero, a mi juicio, está equivocado.

En mi experiencia, no es algo que diga a la ligera, escucho gente joven diciendo que “aman” a su novio, novia, y se me hace lo mas falso del mundo, el amar es darlo todo sin esperar nada a cambio, el amar es todos los días dar el mejor de sí mismo por ese alguien, el amar es el intento permanente de mejorar y ser el mejor por esa persona amada, el amar es… ser.

¡Porque es el sentimiento mas natural y espontáneo del ser humano! Es la mera razón de nuestra existencia! Creo firmemente que estamos en este mundo simplemente para amar.

Y no hablo de un amor necesariamente de pareja, hablo de un amor fraternal, tal vez el más incomprendido y a veces mal visto, mal visto por esta sociedad llena de complejos y prejuicios que no hacen nada sino ensuciar su nombre.

Ese momento cuando una persona cercana a ti necesita algo, y aunque te perjudique o te afecte en algo, haces algo por ella importándote poco las repercusiones que puedan tener en tu persona. Desde mi punto de vista eso es amor. Amor desinteresado y amor puro.

Hasta ahora he hablado de un amor correspondido, ahora hablemos del no correspondido, ya sea real, o imaginariamente.

¿Imaginariamente? Exacto, cuando creemos que la persona en cuestión no nos ama (aunque a veces así sea), es decir, nuestra mente nos ataca constantemente, nuestro propio autoestima nos hace pensar que esa persona hace equis o ye cosa sin pensar en nosotros o porque no le interesamos, o no nos ama, cuando puede simplemente sea un error de esa persona, un descuido, o una simple coincidencia, pero es nuestra propia mente la que nos hace pensar, y exagerar tales cosas.

Y obviamente la reacción nuestra hacia eso puede ser tanto de enojo como de tristeza, lo cual, como es en mayoría invento nuestro, debilitan la relación.

Es que acaso no disfrutan el pensar en esa persona? El sonreír por su mero recuerdo? El poner su felicidad frente a la suya? El, en palabras de Silvio Rodríguez dormir con su nombre besando su boca?

Al igual, no vale la pena el sufrimiento de algún amor no correspondido, el sufrimiento que corresponde al amor correspondido, a cambio de tan sólo un momento de felicidad absoluta?

El amor va mas allá de nosotros, va más allá de todo lo que pensamos, de todo lo que creemos y de todo lo que entendemos, es algo que trasciende completamente nuestro comprendimiento. El amor es esa… plenitud que experimentamos en ESE abrazo que no queremos romper, ese abrazo que creemos dura una eternidad, ese abrazo dentro del cual podríamos morir sin importarnos un comino. Si no han experimentado en algún momento de su vida eso… En verdad me compadezco de ustedes.

En fin, ya no se a qué iba con todo este tema, tal vez es porque son las 2.50 de la madrugada y me desperté con este tema en mi cabeza, el cuál parecía demasiado claro al principio, pero conforme escribo se hace mas obscuro. Quien sabe, tal vez hace falta práctica para esto de escribir.

Una cosa más, no se cierren al amor, por donde se vea, gozado o sufrido, es una experiencia que los hará crecer, los hará fuertes. Los hará humanos.

Mi frase de hoy:

“Me niego a que el dolor desparezca, porque, en cuanto desparezca, desaparecerá tu recuerdo. Prefiero sufrir con tu recuerdo, que vivir sin el.”

lunes, 1 de agosto de 2011

Primeras Impresiones

Por leer lo siguiente no me tachen de persignado, ni de santo, ni de mocho. Vale?

El viernes estuve en León, celebrando el cumpleaños de mi hermano, el cual tenía cerca de 14 años de no celebrarlo juntos! así que pueden darse una idea de lo importante... bueno, no importante, sino significativo que fué para mí. Y aparte se junto con tener la oportunidad de ver a los chavos que vengo conociendo de los diferentes camps a los que he ido y los que fueron seleccionados para ir al cursillo de verano. Esto es sobre las impresiones que me lleve con estos chavos.

Siempre me he considerado una persona valiente, con huevos podría decirse. Pero este viernes cambió un poco mi perspectiva, ya que me tocó ver a aproximadamente 30 chavos de 12-14 años que tuvieron los huevos de decir: "Dejo todo y sigo un llamado a mi Vocación" y la cosa es que es como una corazonada! Y sé de varios que lucharon contra sus propios padres para conseguir el permiso! Es decir, no sólo tuvieron el valor de escuchar el llamado, sino que además hicieron todo lo que estuvo en sus manos para conseguirlo, y eso no es algo que yo vea diario.

No creo que entiendan muy bien el shock en el que entré ese viernes en la tarde, uno está acostumbrado a ver el "cada quien por su cuenta" y, mínimo yo, veo por mí, luego por mí y ya después por los demás (con claras excepciones), y no, no estoy orgulloso de eso y es algo que intento cambiar, pero lo reconozco. Entonces el ver, no a uno, sino a 30 niños con la capacidad de decir "lo dejo todo" es algo que realmente me dejo... literal como idiota.

Claro en este momento estoy hablando de estos chavos y que fueron al cursillo, pero creo que es algo completamente aplicable a todos nosotros.

En mi caso tengo perfectamente claro que es lo quiero en mi vida, dígase mi futuro, y aunque tengo una buena idea de cómo lograrlo no siempre lo hago, sea por desidia, hueva, falta de voluntad.. lo que sea; siempre busco algún tipo de pretexto para evitar hacer cosas que no me gustan aunque sé que a la larga van a dar frutos. Y es entonces que tengo que buscar precisamente ese coraje para hacer que las cosas sucedan, la cosa es; ¿Dónde chingados los encuentro?

Y me parece que ya lo encontré; en el último lugar donde hubiera pensado, en León. ¿Cómo? pues, es bastante tonto, por puro orgullo, si un niño de 12 años es capaz de dejarlo todo para seguir su sueño, si es capaz de luchar contra la marea con tal de tener UNA oportunidad de alcanzar lo que quiere... COMO CHINGADOS NO VOY A PODER YO?

Todo es Eventual
JpHher


Introducción

Pues bueno, llevo pensando en hacer esto desde hace ya bastante tiempo, y hasta ahora encuentro, mas que el tiempo, la disposición de hacerlo. No se ni con que regularidad escriba, ni si volveré a escribir, aunque espero volver a hacerlo.

En fin, lo que me llama a empezar a escribir esto es, básicamente, las ganas de comunicar lo que pienso, aunque a veces ni yo me entiendo. Pero sepan de una vez que esto es mas para mí que para ustedes, es... digamos, un monólogo que me gustaría compartir con cualquiera que esté dispuesto a leerlo.

Pienso que esto de escribir aquí es un tanto... triste, saben? Suelo pensar que, a falta de alguien que te quisiera escuchar siempre puedes escribir, pero este no es el caso, todo lo que escribo aquí son cosas que muchas personas ya saben, o pensamientos que simplemente me llegan y los comparto con quien este junto a mí en ese momento.

Llamé este blog "Descargas" porque es lo que significa para mí, es, una forma de las de 140 caracteres para escribir lo que pienso/siento/opino.

En fin, hasta aquí la introducción, ya si quiero agregarle algo lo haré mas adelante.

Todo es Eventual
JpHher